domingo, 15 de diciembre de 2013

Para Paula, Eugenia y Miguel.

Hoy la cosa tiene mucho glamour y un toque deportivo; son tartas que entregué la semana pasada, menos la de Miguel, que la entregué hace tiempo pero se me había perdido entre los "chorrocientos" millones de fotos que tengo y, aprovechando que la tarta de Eugenia tenía mucho que ver con Miguel, la conseguí rescatar.

Pero primero vamos con la tarta de Paula; la mamá de Paula ya me encargó una tarta para su otra peque, Daniela y le prometió que, en su próximo cumpleaños, sería ella quién tendría su tarta personalizada.

Paula quería un lazo muy grande y corazones…quería colores de princesa pero sobre todo, quería unos cupcakes a juego con su tarta, para dárselo a sus invitadas mas especiales: sus amiguitas.


La tarta era un bizcocho de fresa, teñido de color rosa porque a Paula le hacía mucha ilusión que al cortar, se viera el rosa, relleno de buttercream de chocolate.





Los cupcakes eran unos Red Velvet con frosting de buttercream de vainilla; a juego con la tarta, les puse unos corazones que también iban decorando la tarta y unas chapistas con la inicial del nombre de cada invitada.


Cada cupcake iba presentado en un vasito de vino de plástico, decorado con cinta adhesiva, todo en los colores de la tarta, para que fueran a juego.


Y envueltos de forma individual con papel celofán, se los llevó Paula a su fiesta de cumpleaños.


Espero que le gustase este detalle a sus amiguitas, porque a Paula sé que le encantó su tarta, porque fue ella la que vino con su mamá, papá y hermanita, a recogerla.

La siguiente tarta me la encargó Neftalí que también me encargó la de Miguel, que es la siguiente tarta de la que hablaremos.

Neftalí quería hacerle un regalo muy especial su madre, Eugenia, que cumplía esa edad mágica: los 50. Quería una tarta con mucho glamour porque a su madre le encantan los zapatos, la alta costura y sobre todo, su Porsche descapotable.

Cuando me habló de alta costura lo primero que me vino en mente fué, la alfombra roja de Hollywood, el rojo, el negro…así que como me dejó libertad para decorar, me dejé llevar por mis emociones "glamourianas" y este, fue el resultado.


La tarta era un bizcocho de chocolate, relleno de crema buttercream de melocotón; el almohadillado me ayudó a disimular los bordes irregulares causados por los cachitos de melocotón del buttercream.


¡Cómo iban a faltar! mis zapatos preferidos…un día, cuando tenga tiempo pienso hacerme un escaparate de mini tartas con zapatitos porque ¡me encantan! hacerlos y como quedan.


 La llave de su Porsche descapotable.


Un 50 bien grandote porque hay que decir que, a día de hoy cumplir 50 años es maravilloso.


Me acordé de los maniquíes donde están expuestos los vestidos para que las actrices se los pongan antes de la alfombra roja; y así quise plasmarlo a parte de que, las tartas de Zoe Clark me encantan y hace una que es un maniquí precioso.



Que alegría da, cuando la persona que viene a recoger la tarta dice: has dado en el clavo con todo. Pero también he de decir que realmente, son ellos los que crean las tartas yo solo les hago realidad sus sueños.

Y por último, la tarta rescatada de Miguel la cual también me la encargó Neftalí, hace tiempo; me pidió una tarta para Miguel, jugador de waterpolo y amante de las piscinas.


 Quise imitar los baldosines típicos de las piscinas, el famoso gresite.


El efecto del agua lo hice con pipping gel teñido de azúl y con un poco de purpurina para dar ese efecto luminiscente del agua.


Las "corcheras" (esos sistemas de separación e los carriles de las piscinas, con los que siempre te arreas en la mano cuando nadas a espalda) los hice con las pulseras de chuchees que tanto comíamos de pequeños hasta que, te quedabas con una gomita.

Y por el momento, esto es todo por ahora…voy a ver si como algo que ya , va tocando y si esta tarde tengo tiempo, perderemos un tornillo y alguan que otra cosa mas. ¡Hasta la tarde!

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